viernes, 10 de octubre de 2008

Sé sustentable, sé "cool"

Por Alma Caballero

Hace un par de años escribí un artículo llamado Venustas Sustentable, el cuál compartiré posteriormente (una vez que organice la maraña de archivos en mi computadora) en el cual exponía que si no podíamos convencer a la gente de que el tema de la sustentabilidad era una prioridad, lo pusiéramos de moda, sí... de moda, cual receta infalible del poder del consumismo; digo, si nos han convencido de adquirir cualquier cantidad de cosas inservibles, porque no hacernos coco-wash por un bien verdadero.

Hoy, con un sentimiento ambiguo de mi parte, se hace presente la sustentabilidad en todas partes, productos verdes, revistas verdes, noticias verdes, consejos verdes, chiles verdes… en fin; lo que hasta cierto punto deseábamos muchos y era lógico que sucediera, PERO (el pero que nunca falta), digo sentimiento ambiguo porque desgraciadamente sucede lo que con cualquier producto que está de “moda”, hay charlatanería y fraudulencia.

Pero recordemos algo de historia para contextualizarnos. El deterioro ambiental no es nuevo, de hecho tenemos ya varias décadas arrastrándolo, pero no es hasta los años setentas, con el fenómeno de la revolución industrial y la explosión demográfica, cuando comienzan a evidenciarse las complicaciones de no tomar en cuenta las acciones de los seres humanos contra el medio ambiente.

Ya desde el siglo XIX, el zoólogo Ernst Haeckel (1834-1919), considerado el padre de la ecología, nos hablaba de que era necesario mantener una relación de equilibrio entre los seres vivos y sus respectivos hábitats, o sea, el planeta tierra; más tarde, en 1972, se celebra la primera Cumbre Mundial del Medio Ambiente, en donde se tratan por primera vez asuntos relacionados con la conservación ambiental.

Sin embargo, tienen que transcurrir otros 11 años más para que finalmente en 1983, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), comisione a la embajadora Gro Harlem Brundtland, para desarrollar un proyecto mundial de conservación ambiental, surgiendo así, el informe Nuestro Futuro Común en 1987 (también llamado informe Brundtland), en donde se determina la importancia de minimizar los efectos negativos hacia el medio ambiente, a través de una nueva visión del desarrollo denominada: Desarrollo Sustentable.

Aquí es donde se acuña tan sonado término, definido como: el desarrollo que satisface las necesidades presentes, sin comprometer los recursos para las generaciones futuras (Informe Nuestro Futuro Común, ONU. 1987). A partir de esta nueva visión, el término sustentable (derivado de la palabra en inglés sustainable y cuya traducción a creado tanta polémica) se ha aplicado a diversas disciplinas interesadas en replantear aquellos componentes de las mismas que tengan un impacto negativo en el ambiente, en vías de minimizar dichos efectos a través de nuevos planteamientos que sean compatibles con el cuidado del medio ambiente.

Al principio, el tema de la sustentabilidad se fue introduciendo, como sucede la mayoría de las veces, en universidades, ONG’s y algunas instituciones gubernamentales, con sus respectivos científicos e investigadores; además se organizaron cumbres, convenciones y tratados internacionales con la participación de varios gobiernos del mundo, como el Protocolo de Kyoto, pero a la hora de llevar a cabo las políticas de cuidado ambiental, los países no cooperaban como habían prometido, como es el caso de Estados Unidos, que se negó a ratificar dicho protocolo argumentando ínfimas excusas.

La iniciativa privada, por su parte, se rehusó hasta donde pudo a cambiar sus sistemas de producción debido a que obviamente implicaba una fuerte inversión para modificar o sustituir las maquinarias y procesos que afectaban el medio ambiente.


Sin embargo, al implementarse una serie de leyes y normatividades para reducir la contaminación, sobre todo en países primer mundistas, la carrera hacia la sustentabilidad comenzó, obligándolos (hasta cierto punto), a incluir criterios ecológicos y de manejo de residuos en las ramas industriales más contaminantes.


Aunado a esto, la población, ya sea por conciencia o por moda, ha ido demandando cada día más productos ecológicos. Y aunque no me gusta generalizar, la mayoría ni siquiera sabe a ciencia cierta lo que pasa con el planeta, ni a qué se debe el cambio climático, ni qué significa la pérdida de la biodiversidad, ni mucho menos lo que la huella ecológica representa.

Sucede algo parecido a lo que pasa con los productos light, solo que ahora con los productos verdes, el mensaje es claro: lo light no engorda, lo que diga verde es ecológico; y ahí vamos como borreguitos, presas indiscutibles del consumismo, a no cuestionarnos ni indagar nada más allá de lo que aparece en los comerciales, o en algunas páginas de Internet, que por más dudosas que sean han llegado a ser una indiscutible fuente de "información".

Pero no quiero crear malentendidos o parecer demasiado pesimista, ni todos los productos que dicen ser ecológicos (o light) lo son, ni todos son un fraude, es decir, la única manera de poder realmente hacer algo útil por el planeta es a través de conocer e indagar cuales productos, sustancias, químicos, agentes, etc. son los más contaminantes y evitarlos. No existen productos 100% ecológicos, eso es un hecho, pero sí productos que en su proceso MINIMIZAN el impacto negativo de los mismos en el planeta.

Ésta bien adquirir productos ecológicos, yo por ejemplo compro bolsas biodegradables en el súper, pero ¿saben qué? eso no me hace una persona ecológicamente responsable, ni siquiera cerca de ello estoy. Volviendo al tema de la huella ecológica, al estar escribiendo este artículo, volví a tomar el tan famoso test y con tristeza pude ver que se necesitarían 3 planetas para soportar la forma de vida que estoy llevando.

La conclusión es que no se trata de comprar todos los productos ecológicos que nos vendan, por favor digamos NO al consumismo, el cual no tiene nada de ecológico por cierto, al contrario, es una verdadera amenaza para el medio ambiente, recordemos que existen tres rubros medulares en la cuestión ambiental:

- Obtención de la energía,
- Suministro, utilización y saneamiento del agua y;
- Manejo de los desechos.

En mi opinión, el último punto es en donde podemos tener mayor participación a nivel individual, no generando desechos excesivos, pues según el INEGI, se calcula que en 2006 cada mexicano produjo 344 kilogramos de basura, lo que sumaron 36 millones 135 mil toneladas de desechos en todo el país.

Si realmente queremos hacer algo (insisto en que una persona puede hacer por el planeta MUCHO más de lo que se imagina), debemos seguir por sobre todas las cosas, la regla de las tres “R”.

- Reducir
Evita comprar cosas innecesarias y con envolturas ostentosas, no pidas bolsas en los súper mercados, reduce la cantidad de latas que compres, prefiere productos rellenables y en general trata de reducir al máximo tus desechos.

- Reutilizar
Si ya lo adquiriste, reutiliza al máximo envases, recipientes, papel, latas, cajas, bolsas, etcétera, recuerda que entre más veces utilices los objetos, menor será la cantidad de desechos que produzcas.


- Reciclar
Separa tú basura aunque nadie más lo haga, en otros países no sólo se dividen los desechos en orgánicos e inorgánicos, sino en: vidrio, metal, cartón o papel, orgánicos y plástico. Además, si los llevas a lugares de reciclado obtienes además de un ingreso extra, la satisfacción de contribuir al cuidado del medio ambiente.

Finalmente, los invito a tomar el test de la huella ecológica en http://www.wwf.org.mx/wwfmex/he_cuestionario.php, para que sepan cuantos planetas necesitan para soportar su estilo de vida, o dicho de otra manera, a ver si así hacemos un poco de conciencia de que tan rápido nos estamos acabando los recursos de los que tarde o temprano, carecerán nuestros hijos.



Todas la imágenes son reproducidas con fines didácticos. Fuentes:
Imagen 1: http://www.voltairenet.org/IMG/jpg/webPLANETA.jpg
Imagen 2: http://www.oarsoaldea.net/agenda21/images/imagen-mundo-folleto-604.jpg
Imagen 3: http://www.conservacionmx.org/images/tresR.png
Imagen 4: http://fraynelson.com/banco_imagenes/ecology.gif

1 comentario:

Alma Caballero dijo...
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